A solo tres días.
POV Elara
Nunca imaginé que prepararse para una coronación pudiera sentirse como prepararse para un juicio.
La sala destinada a la instrucción ceremonial se encuentra en la parte más antigua del castillo, donde los muros aún conservan la piedra áspera que alguna vez fue tocada por reyes muertos hace siglos. Es un salón circular, amplio, silencioso, con un eco tan perfecto que cada respiración mía parece una confesión que rebota de pared a pared.
Mirenia me espera en el centro, de pie, impecable, sosteniendo un cuaderno grueso lleno de cintas doradas. Su porte es tan recto que me pregunto si alguna vez ha dudado de algo. Yo sí, yo dudo de todo.
—Llegas temprano —dice con esa voz suave que no deja espacio para errores—. Eso habla bien de ti, princesa.
Princesa.
Aún no me acostumbro a ese título que no me pertenece.
Me inclino apenas, un gesto que he practicado frente al espejo hasta que mis rodillas dolieron.
—Quiero aprenderlo todo —murmuro—. No puedo fallar.
Los ojos de Mirenia se sua