Capítulo 35

Yo sonreí y el señor Lund me miró, era un hombre sumamente agradable y en especial un caballero.

— Tiene el cabello blanco— le dije — así que eso es un punto para su vejez.

— Buen punto — me dijo el señor Lund — se lo haré saber — me guiño el ojo.

Se puso a escribir y luego se levantó de su lugar, yo me dirigí al que era mi cuarto temporal para coger mi maleta. Al salir mire que él llevaba dos maletas y un bolso maletero.

— ¿Nos vamos?

Yo asentí y cuando quiso ayudarme con mi maleta no acepté, ni que le saliera un tercer brazo para cargarla. Subimos en su coche y nos dirigimos al aeropuerto en donde fuimos a la autopista, entregó unos papeles y se dio vuelta para esperarme.

— Vámonos — me dijo — tengo un jet para ir más cómodos.

Yo me sorprendí aunque ni sabía porque, solo con ver la casa que tiene es normal que posea un jet privado para viajar a todos los rincones del mundo.

Al entrar al jet nos recibió una azafata sumamente amable, despegamos y mientras el jet se elevab
Continue lendo este livro gratuitamente
Digitalize o código para baixar o App
Explore e leia boas novelas gratuitamente
Acesso gratuito a um vasto número de boas novelas no aplicativo BueNovela. Baixe os livros que você gosta e leia em qualquer lugar e a qualquer hora.
Leia livros gratuitamente no aplicativo
Digitalize o código para ler no App