(POV: Ishtar)
Ignis Lux.
Fuego de luz.
Sonaba bonito... pero yo sabía que nada bonito sobrevive mucho en un mundo como este.
Los instructores nos reunieron en el patio principal. El sol caía como plomo sobre nuestras cabezas, y el aire olía a piedra caliente, sudor y expectativas.
Una mujer de trenza apretada se plantó frente a nosotros, con las manos a la espalda y la espalda más recta que una lanza. Su voz cortó el murmullo como un cuchillo:
—Ahora que han recibido sus medallones, deben saber qué llevan en el pecho.
Un silencio incómodo se extendió entre nosotros. La piedra contra mi piel vibró, como si escuchara.
—El Orvium no es solo un mineral. No es simple joyería. Fue descubierto por accidente, en las minas olvidadas de Arkanis, hace más de un siglo. Un material capaz de resonar con las emociones humanas... de amplificarlas, de volverlas armas vivientes. —Hizo una pausa, dejando que sus palabras calaran hondo—. Se creyó un milagro. Se convirtió en una maldición.
Sus ojos nos re