(POV: Ishtar)
Los días siguientes fueron… extraños.
No de esos donde todo se detiene, sino de los que siguen avanzando, aunque uno no esté listo para moverse con ellos. La rutina volvió a Valtherium. Entrenamientos limitados, horarios estrictos, pasillos pulidos por el ir y venir de reclutas que fingían no recordar lo que acabábamos de vivir. Pero el aire aún sabía a cenizas. A miedo disfrazado de disciplina.
Mike seguía en el ala médica. Lo habían contenido por precaución —eso dijeron—, aunque sabíamos que era más por su tatuaje que por las heridas. Su cuerpo sanaba más rápido que el de la mayoría, pero el Orvium que corría por su piel seguía inestable. Vibraba. Suspiraba. Como una criatura viva esperando ser liberada otra vez.
A mí me dieron el alta primero. El médico no se molestó en disimular su expresión incómoda al decirlo.
—Tu medallón respondió bien. Tu sincronía está mejorando. Pero… —miró mi expediente con ojos vacíos—, sigue habiendo fluctuaciones. Ten cuidado, Ishtar. No t