(POV: Ishtar)
La estructura se tambaleaba con solo mirarla. La estación secundaria —una instalación portátil incrustada en piedra— parecía haber sido arrastrada por el tiempo y por algo más antiguo. La mitad estaba sepultada por tierra seca y raíces; la otra, abierta como una herida cauterizada.
Fue Harold quien lo encontró.
Una unidad de respaldo de datos, deformada, con grietas como relámpagos en su cubierta metálica. Era vieja. Y estaba viva. En el sentido más peligroso.
—Esto es una grabadora de campo, ¿no? —preguntó Mike, girando alrededor de Harold mientras él revisaba conexiones con cuidado.
—Caja negra. De las avanzadas. Este tipo de equipo guarda las últimas sesiones de voz o imágenes cuando la estación entra en protocolo de colapso —explicó Harold, ya en modo técnico.
—¿Crees que funcione? —dijo Adriian.
—Vamos a averiguarlo.
*****
Tardó unos minutos, pero Harold logró iniciar la decodificación del archivo principal. Un solo registro de voz sobrevivía, dañado, incompleto, pe