(POV: Harold)
Dicen que el viento es invisible, callado, sutil. Mentira. El viento es una cuchilla afilada; corta cuando quiere y donde quiere. Observa en silencio hasta que decide dejar su marca.
Igual que yo.
Estaba en el ala norte del complejo, escondido en uno de esos rincones poco transitados donde no necesitaba usar máscaras ni fingir elegancia. Tenía las botas sobre la mesa y la chaqueta tirada a un lado. Mi cabello caía rebelde sobre mi rostro y al pasar la mano por él, noté cómo la blancura del maldito pelo hacía que cualquier luz lo volviera insoportable. Fruncí el ceño con asco, odiando cómo resaltaba cada parte de mí que prefería esconder.
Una pantalla flotaba frente a mí, iluminando mi rostro con datos incómodos. Había estado hackeando archivos del sistema otra vez, buscando respuestas que nadie más parecía querer encontrar. Confirmé lo que sospechaba desde hace tiempo: Valtherium no era lo que parecía. La academia se estaba pudriendo desde dentro.
—Pensé que habías dicho