Capítulo 35

El caradura de mi marido falso está terminando de perder la cabeza o tal parece que nunca ha visto ninguna película de detectives, en donde la policía se encarga de liberar al sospechoso, solamente para seguirlo y atraparlo infraganti.

―Pero es que estás loco, Dylan―le digo y no me aguanto más toda esta situación―ahora, quiero bajarme de la limosina en este mismo instante―le espeto hecha una furia, pero Dylan parece que todo en la vida es una broma para él, así que intento abrir la puerta, sin lograr absolutamente nada―déjame salir, Dylan―le grito nuevamente.

―Primero, no está bien que te quieras bajar en un vehículo en movimiento, porque implicaría que te hicieras lesiones graves―me dice como si fuera un maestro de escuela y yo una niña pequeña a la cual necesitaran adiestrar en educación vial―segundo, todo está cerca en Calvi, así que pronto llegaremos―indica y esta vez le doy un golpe en el brazo, pero él atrapa mi mano en el aire y me mantiene cerca de él y me besa a la fuerza, mi
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