—Acá tiene—. Le entregó la auxiliar.
—Gracias por su amabilidad.
Se metió los blísteres en el pantalón y caminó hacia la habitación, abrió con sumo cuidado evitando de derramar el agua caliente, lo colocó en una pequeña mesa que ocupaba parte del espacio, y preparó el té, sin azúcar, la despertó; el