Revivir todo aquello delante del detective Murat fue horrible, pero no quedaba otra opción, así que Nina se acurrucó contra un costado de Jake, el que todavía tenía bueno, y se dejó poner las vías de suero mientras le contaba al policía todo lo que había pasado, o al menos, todo lo que podía recordar.
Murat la escuchó sin interrumpirla, y de cuando en cuando anotaba algo en una pequeña libreta que tenía.
De cuando en cuando Nina podía sentir cómo el cuerpo de Jake se tensaba, al llegar a las partes más escabrosas.
—Entonces desde el inicio… ¿solo fueron ellos dos? —quiso confirmar Murat.
—Sí —respondió Nina—, pero escuché algo sobre alguien en Nueva York… alguien que iba a recoger el dinero, pero no dijeron ningún nombre.
—¿Dijeron para qué