AMELIA
Mis ojos se abren de golpe mientras me levanto, jadeando por aire. Mi corazón late contra mis costillas, la confusión y el pánico me invaden. ¿Dónde estoy? ¿Cómo estoy viva?
Antes de que pueda observar lo que me rodea, la puerta se abre de golpe. —Amelia—, respira una voz familiar, y las lágrimas brotan de mis ojos. Caleb corre a mi lado y abro los brazos, desesperada por sentirlo, por saber que esto es real.
—Te he extrañado, hermana—, susurra en mi cabello mientras me aplasta contra su pecho. Sólo puedo sollozar en respuesta, todo mi cuerpo temblando por la fuerza de mis emociones.
—Yo también te extra