Ya termino la película y pedimos pizza. Todavía estamos en mi cuarto, y estamos sentados en el piso haciendo un círculo entre nosotros seis.
— Cuéntanos, Jenny, ¿Cómo era tu vida en New York? —, Victoria le da un mordisco a su pizza después de preguntar.
— A veces aburrida, hasta que Esteban y yo salíamos solos o con nuestros amigos. Algunas veces salía sola a caminar, para conocer nueva gente, conocer lugares nuevos —. Me encojo de hombros y le doy un sorbo a mi bebida.
Mentiras. Les acabo de mentir. Pero es mejor que piensen que fui una chica normal a que sepan del infierno que pasé.
—¿Cuántos novios has tenido?
— Solamente tuve uno y ese fue Esteban.
Ella frunce el ceño- ¿Eres virgen?
— Sí, soy virgen—. Admito con un ápice de pena.
A mis diecisiete años sigo siendo virgen, y sé que ahora en el siglo XXI es algo que no importa, pero yo soy de esas romanticonas que esperan al hombre indicado, en el que te sientes