Capítulo 127. Ayúdame, mamá
Luciano se detuvo en la puerta y observó el lugar donde había sobrevivido los primeros meses, cuando llegó sin conocer a nadie. El apartamento, le había parecido un reflejo exacto de su alma: frío, vacío y sin vida. Al principio, no esperaba hacer amigos, ni siquiera pensó en establecer algún tipo de vínculo con las personas a su alrededor. Todo lo que buscaba era esconderse del mundo y de sus propios demonios.
Sin embargo, desde que Melanie llamó a su puerta con el desayuno en mano, todo empezó a transformarse en su vida. Lo que antes era sombrío, se llenó de calidez, de alegría y de esperanza.
Cada rincón de su apartamento tenía algo de Melanie, un recuerdo, una sonrisa, una travesura. La pequeña entró como un torbellino en su oscura vida y la iluminó con su brillante luz.
Melanie era su ancla, su puerto seguro y ahora… Ahora tenía que renunciar a todo eso.
Renunciar parecía estar convirtiéndose en su manera de vivir. Primero lo hizo con Asha y pensó que no había nada más difícil qu