Entro a la casa de los Scott sin siquiera saludarla, siento que después de lo que pasé anoche con Queen sería un iluso al acercarme a ella, pero se ve tan frágil, es como si algo le hubiera sucedido en su cita de ayer y ganas no me faltan de acercarme a ella y preguntarle, pero me contengo, ella lo dijo no somos nada y aunque le di tiempo para que me respondiera era lo suficientemente bastardo para querer alejarla de mi hasta que terminara el maldito contrato con Queen, por que de verdad que era un masoquista, quería seguir solo por no darle el gusto de que se deshiciera de mí, nada más.
Hace una hora le envié un correo a el Cuervo, o sea a mi amigo Russell, ahí estampaba todas mis inquietudes y, respetando las normas del contrato, me valí de eso para enviar una serie de cuestionamientos y solicitudes a Queen, como lo dije, si ella quería guerra, guerra tendría.
Mi prima andaba de lo más simpática el día de hoy y juro que parecía una niña chiquita hablando con todo el mundo y saltan