El sonido de los acordes de Enemy y las cortinas abriéndose de par en par me dan la bienvenida a un nuevo día y diablos, me siento fatal.
-¿Qué mierda fue lo que hice?- me meso los cabellos molesta y luego froto mis sienes, no debí dejar que se quedase y menos al darme cuenta de quién es, pero por suerte no está en mi cama, debe haber salido temprano y eso me quita un gran peso de encima.
O por lo menos pienso en estos momentos porque de verdad que he sido demasiado descuidada ¿Cómo pude ser estúpida? Las señales estaban a la vista y no caía en ellas.
Misma estatura y complexión...
Esos ojos que son dos mares en caos...
Esa forma de ser tan mandona y molesta...
Y su voz, esa voz que se diluye en el club por la música y el ruido estruendoso del sexo en todas partes.
En definitiva, debí hacer caso a mis instintos cuando lo vi en esa barbacoa.
Lo he tenido frente a mí todo este tiempo y solo al notar las marcas en sus muñecas es que vengo a caer en cuenta de quién mierda es.
-Mierda, Van