61. ¡Tengo que verlo!
Hanna
El sonido de un pitido es lo primero que escucho al despertar. Mis pestañas revolotean ansiosas y la luz que se filtra entre mis párpados me hace volver a cerrar los ojos, antes de que lentamente vaya abriendolos otra vez.
Lo primero que noto es que no sé dónde estoy, el pitido sigue escuchándose con fuerza y cuando giro mi cabeza me encuentro viendo que se trata del monitor que controla los latidos, lo que hace que mi ceño se frunza de inmediato.
Miro a mi alrededor y reconozco el ambiente estéril y las máquinas que indican que estoy en el hospital. Pero ¿Cómo he llegado aquí? ¿Qué ha pasado?
Los nervios comienzan a hacerse presentes al igual que la angustia, justo cuando la puerta de la habitación en la que estoy se abre de repente y por ella entra Steph acompañada de un médico.
Los ojos de mi amiga se abren en sorpresa al verme y veo como sus manos cubren su boca antes de que ella corre hacia mí con todas sus fuerzas sollozando. En el momento en que llega hasta la camil