62. Más te vale decir que me amas
Hanna
Finalmente, luego de mucho discutir y de tener que dar la m*****a declaración a la policía, estoy yendo a ver a Jason. Por ordenes del hospital han hecho que use una silla de ruedas y a regañadientes tuve que aceptar.
Alex es quien está empujando mi silla mientras que Steph se encarga de pedir que me den el alta, pues ella sabe que odio los hospitales. Cuando llegamos a la puerta de la habitación siento que el corazón se me va a explotar de lo rápido que está latiendo.
—¿Quieres que te acompañe?
Mis ojos van de inmediato hacia los ojos oscuros de Alex y como puedo le regalo una sonrisa temblorosa al tiempo que niego con la cabeza.
—No, yo puedo hacerlo desde aquí— le digo y para afirmar el punto llevo mi mano a la manija de la puerta e impulsando la silla entro en la habitación.
Lo primero que veo al entrar es el cuerpo de Jason lleno de cables acostado en la camilla, y la sola visión hace que un sollozo salga de mí, antes de que, olvidando las órdenes del médico empiece a