27. Mi primera vez con una rubia
Jason
Mis ojos no han podido separarse de Hanna desde que el abuelo se la llevó y ser interrumpido cada dos minutos por alguien que quiere saludar o hablar de negocios me ha hecho imposible llegar hasta ella, solo espero que la gatita no diga nada que nos deje en evidencia.
Cuando finalmente creo que tengo el camino libre, empiezo a caminar directo hacia donde ella se encuentra y estoy muy cerca de llegar hasta que siento como una mano se enrosca en mi antebrazo impidiendo que continúe y cuando mis ojos buscan al responsable, me encuentro viendo la mirada coquette de Lorena.
Aquí vamos…
—Hola, guapo. No hemos tenido tiempo de hablar— me dice y me regala una sonrisa que supongo pone a sus pies a cientos de hombres, pero que ahora mismo a mi solo me fastidia.
No voy a ser un hipócrita y decir que Lorena no es atractiva, porque Joder, claro que lo es, pero por alguna razón su insistencia, su coqueteo e insinuaciones me molestan.
—Es una suerte entonces que nos viéramos hace poco en