Mérida es una joven ingeniera con un futuro brillante, se ve con sus sueños truncados cuando conoce a un enigmático empresario, el mismo que le pedirá dejar todo de lado para convertirse en su esposa… Lo que este hombre olvidó mencionarle es que pertenecía a la familia real, era el príncipe sucesor a la corona y eso solo significaba una cosa. Para llegar a gobernar bajo las leyes de su pais deberá contraer matrimonio y lo que es peor aún deberá hacerlo bajo las condiciones de su madre quien no permitirá que su matrimonio sea con cualquier mujer. Ambos sintieron una atracción extraña al verse por primera vez, ninguno había experimentado aquel sentimiento pero la reina no les dejaría el camino libre para que esos sentimientos salieran a flote. Mérida era una piedra en el camino que solo estaba estorbando y solo había una cosa por hacer. Sin embargo Jhon no podia dejar de admirar la belleza de esa joen y sobre todo deslumbrarse por esa inteligencia que demostraba cada que abría la boca. ¿podra esta pareja superar los designios de la vida? ADVERTENCIA: HOLA, ESTE ES UN MENSAJE DE SU ESCRITORA SOLO PARA ACLARAR UN PAR DE COSITAS, UNA DE ELLAS ES QUE ESTAREMOS LEYENDO SOBRE MONACO PERO, COMO UN REINO INDEPENDIENTE BASADO EN MI IMAGINACION, Y LO OTRO ES QUE LO QUE AQUI LEERAN ES SOLO EL PUNTO DE VISTA DE MI PERSONA Y LO QUE A MI LOCA CABEZA SE LE OCURRE. DISFRUTEN DE LA HISTORIA.
Ler maisMérida Ashton:
Despertar así era maravilloso, frente a mi tenía una vista imponente que me recordaba lo hermoso que es vivir. El sonido del mar provocaba que mi piel se erizara y sonreía como una adolescente enamorada.
Mire hacia la habitación, específicamente hacia la cama en donde se encontraba un hombre dormido… No acostumbraba a hacer este tipo de cosas, mis padres me regalaron un viaje a Mónaco para festejar que ya era ingeniera, pero todo se descontrolo durante la primera noche en donde fui al bar del hotel con una amiga. Ambas estábamos dispuestas a conseguir una cita esa noche, aunque ciertamente yo estaba escéptica a eso. No era del tipo de mujer que levantaba pretendientes a donde quiera que llegara, era una flaca de piernas largas, pero a duras penas tenía par de limones por senos y el trasero no era gran cosa al menos eso es lo que yo creo.
‒ ¿Acostumbras a despertar temprano siempre? ‒ su voz gruesa me hizo ruborizar, ni idea de qué diablos tiene este hombre, jamás había actuado por impulso ante nadie y con el simplemente accedí a tener la mejor noche de sexo.
¡realmente estaba loca!
‒Solo quería disfrutar de la vista‒ pronuncie evitando mirarlo a los ojos.
‒Puedes quedarte en Mónaco si gustas‒ menciono.
¿quedarme en Mónaco?
Estaba loco.
No podía hacerlo, tengo familia, recién termino de graduarme y ya tengo un puesto en la empresa de mi padre… obviamente no puedo dejar todo eso botado, además no tengo nada en Mónaco… mi vida esta con mi familia.
Se levanto sigilosamente de la cama y camino hasta a mi… ‒la vista en Mónaco es mejor si estas incluida en ella‒ susurro en mi oído.
Me sentía incrédula con lo que estaba viviendo, tan solo tenía tres días aquí y ya conocí a un hombre del cual no quiero desprenderme.
‒esto parece irreal‒ me atreví a mencionar… me apretó fuerte de mis caderas, mi centro comenzó a arder de pronto, había tenido sexo otras veces, pero lo que hicimos anoche sobrepaso cualquier expectativa que tuviese en cuanto a ello.
‒es muy real si quieres que lo sea‒lamio el lóbulo de mi oreja provocando que mi piel se erizara… ¿por qué causaba todo esto en mí?
Este hombre aparentemente perfecto estaba causando en mi lo que ninguno había causado antes, como había dicho no es que fuese una ninfómana o tuviese a cantidades de hombres detrás de mí, pero los que tenía nunca me hicieron sentir de esta manera.
Eugenia siempre insistió que el sexo casual era solo eso. Tener sexo con alguien y desaparecer a la mañana siguiente, olvidar todo y dejar los gemidos encerrados en esa habitación de hotel, pero me preguntaba por qué yo seguía en esta bendita habitación, el abrazando por la espalda, apoyado en mi hombro, acariciando mi vientre, haciendo un recorrido con sus dedos por mi abdomen y era incapaz de decirle adiós.
No tenía la fortaleza suficiente para desaparecer y dejar esto de lado.
‒quiero que seas solo mía‒ pronuncio dejándome helada, ¿solo suya?
Me voltee quedando frente a él, podía sentir el delicioso aroma de su respiración, era una combinación extraña a alcohol, chocolate, fresas y piña parecía un coctel delicioso que quisieras tomar de un solo golpe.
‒deja de mirar mis labios así o tendré que devorar los tuyos‒ no sabía si quiera que estaba mirando sus jugosos labios. ¿por qué era tan jodidamente perfecto?
El color de sus ojos, sus labios apetitosos, sus prominentes músculos, ese trasero bien formado que te hacia una loca invitación a morderlo, su cabello perfectamente cortado y esa caballerosidad que no había conocido antes en un hombre. Todos son tan básicos y este, dios mío este me tenía hipnotizada y no sabía exactamente por qué.
‒pediré tu desayuno… aunque muera por hacerte mía de nuevo debes alimentarte… anoche fueron muchas las energías que te hice gastar‒ me soltó dejando un dulce beso en mis labios, estaba ruborizada solo de recordar lo que hicimos anoche.
Sus embestidas, esas penetraciones y gemidos ahogados que quedaban entre besos. Ni hablar de esa deliciosa faena de experimentar cosas que no había hecho antes, no sé por qué me sentí tan segura entre sus brazos, no me sentía avergonzada al probar algunas posiciones por el contrario quería más y más… tenía unas ganas de sentirlo por más tiempo… estuvimos durante toda la noche teniendo sexo de mil maneras, con mil sensaciones y fue fantástico.
Estaba sorprendida de que siguiéramos en la habitación, de que no fuese como los demás y se marchara de buenas a primeras al haber conseguido lo que quería.
Paso un rato y cada uno se ducho por separado, esperamos a que nuestro desayuno llegara, le pregunte si podíamos ir a comer al restaurante del hotel y se negó… no me pareció para nada extraño insistía que no quería compartirme con nadie y que sabía que los meseros o algunos hombres estuviesen viéndome… me parecía gracioso, no podía tenerme encerrada en esta habitación para que nadie me viera sin embargo lo deje ser.
Me sentía muy cómoda a su lado y aunque estuvimos toda la mañana en la habitación fue muy divertido, me conto que es un empresario dedicado al área textil y que pronto debía viajar, aunque también expreso que quería que fuese con él. Me parecía una locura, iba demasiado rápido… una cosa era tener sexo una noche y pasarla delicioso, pero no podía irme así no más sin conocer más de él.
Le conté todo de mí, obviando el hecho de que Mauro seguía insistiendo en una relación, Mauro es mi ex… lo nuestro no funciono, aunque mis padres lo adoran y la verdad es que no sé por qué razón, pero dicen que ha sido el mejor yerno que han conocido, aunque estoy segura que si conocen a John quedarían impresionados con él.
‒debo irme‒ mencione mientras me levantaba de la cama, la estaba pasando genial y no me cansaba de tener sexo con él, pero Eugenia seguramente me estaba buscando como loca, Eugenia es mi mejor amiga, sus padres y los míos han sido amigos desde siempre y por ende también nosotras lo somos, ella es un tanto más alocada que yo, pero es un amor de persona.
‒volveremos a vernos‒ aseguro mientras buscaba sus pantalones, la habitación está hecha un completo desastre, todas nuestras prendas en el suelo, los muebles desordenados e incluso la alfombra estaba un lugar diferente. Parecía que había pasado un tornado por todo el lugar.
Cogí mi vestido, y aunque me cansé de buscar mis pantys no las encontré por todo el lugar.
‒deja de buscarlas, te comprare unas luego‒ me sentía extraña al escucharlo hablar sobre nosotros en el futuro. Sabía que no íbamos vernos de nuevo, esto terminaba en el momento en que yo cerrara esa puerta y aunque si me sentía un tanto sensible por ello entendía que así debían suceder las cosas.
John Bennet:
Mis responsabilidades me prohíben hacer este tipo de cosas, pero no pude resistirme a ella, a su belleza… a ese maravilloso movimiento de caderas que me estaba enloqueciendo. Personificaba a una diosa perfecta que te hechizaba de alguna manera solo para quedar prendado de ella.
¿cómo podía dejarla ir así no más?
No podía, escaparme anoche fue la mejor decisión que pude haber tomado y no me arrepiento en lo absoluto.
Tenerla para mi durante toda la noche fue de las mejores cosas que me han pasado en la vida, jamás creí en el amor a primera vista, pero sé que cambie de opinión al verla en ese bar.
Escapar de mis deberes algunas veces eran necesarios, no era nada fácil cargar una responsabilidad tan grande sobre mi espalda, sobre todo cuando mi madre siempre está encima de mi diciéndome que debo o no hacer. No hay nada más agobiante que eso, pero en definitiva esta mujer pudo hacer todo mucho más fácil, aunque fuese corto el tiempo que estuvimos juntos.
¡volvería a verla! No tenía dudas de ello.
Sus labios me tenían loco y solo una cosa quería, que se quedara un poco más, me moría por alargar más este momento, entendía que debía marcharse y aunque no quisiera yo también debía hacerlo. Seguramente mi madre estaba volteando el palacio patas arriba para encontrarme. Tener a rob como amigo era estupendo, siendo el jefe de seguridad era fácil contar con su ayuda para escapar del palacio algunas veces solo espero no haberlo puesto en riesgo.
La vi marcharse con un deje de nostalgia, esto era más grande que una simple atracción, algo así no me había pasado antes, las veces que escape del palacio era para beber alcohol en este bar, ser conocido no era muy bueno pero ser el príncipe te daba ventajas algunas veces, tener una vida normal era algo con lo que había soñado toda mi vida, no tenía amigos, y los que tenía debían ser aceptados por mi madre, todo debía ser conveniente para el reino incluso ese absurdo matrimonio que se empeña arreglar para mí.
No podía dejar que se marchara sin besar por última vez sus deliciosos labios, me tenía completamente embrujado, el sabor de su boca, el jugueteo de su lengua con la mía me hacía perder los sentidos por completos.
¿podía ser más hermosa?
Claro que podía, necesitaba conocer todo de ella cuanto antes, no quiero que de pronto mama imponga el matrimonio con la princesa Esther y entonces deba olvidarme por completo de la mujer que conocí anoche.
Sabía que las cosas debía hacerlas bien de lo contrario mi madre aprovechara cualquier error para no ver a Mérida como una buena opción para mí, lo único que quería era estar con ella. Aunque fuese apresurado, sé que se impondrá diciendo que no puedes enamorarte de alguien tan solo en una noche, pero para mí fue suficiente verla en ese bar para saber que era el amor de mi vida y si desde que la vi comencé a creer en el amor a primera vista.
Se había marcado dejando un vacío terrible en la habitación, mi corazón comenzó a latir un poco acongojado, me sentía extraño... lo único que deseaba era pasar un poco más de tiempo con ella, debía hacer algo cuanto antes.
Sonreí con malicia a recordar que me quedé con su panty, la escondí mientras ella estuvo duchándose, conserva su aroma y es exquisito, podría incluso ordenar que creen una fragancia con olor a su sexo, seria fascinante oler a su zona intima todo el día.
¿era obsesivo? Quizá.
Encendí el móvil que había apagado justo anoche al llegar al bar y justo al encenderse comenzaron a llegar todas las notificaciones de nuevos mensajes, notificaciones de mis redes sociales personales y ni hablar de la cantidad de mensajes de buzón que seguramente me dejo la reina.
Pretendía quedarme en la habitación admirando un poco más la belleza de este lugar, pero por la hora parece ser imposible. Mi madre debe estar presionando a la seguridad y seguramente ha de estar queriendo asesinar a todos por no encontrarme así que lo mejor será que regrese al palacio por el bienestar de todos.
La distancia del hotel al palacio era un poco larga, pero debía movilizarme cuanto antes, mama era capaz de cualquier cosa por encontrarme más aun cuando las cosas no salen como ella las espera.
Paso largo rato hasta que ingrese al palacio por una entrada secreta que me sirve para escapar de mi absurda realidad, el palacio es antiguo, aunque fue remodelado su estructura original se mantuvo, mama conoce algunos pasajes, pero no todos a pesar de ser la reina se ocupa por cosas más banales.
Desde que papá falleció ella se hizo cargo del reino, rompió los estereotipos de todos, decían que no podía gobernar en Mónaco sin un rey, y lo ha hecho de maravilla algunas veces excede, pero sí que sabe manejar todo a la perfección.
Me gustaría que no solo fuese una reina abnegada, sino que también lo fuese como madre, para ella lo principal era dejar el legado de la corona en alto ante todos, éramos un reino pequeño muy prospero, pero pequeño... poseíamos grandes tesoros que otros reinos han buscado dominar, pero mi madre con agilidad ha logrado que fallen en cada intento.
Los dias transcurrieron, Mérida fue atendida como parte de la realeza, los mejores tratamientos e incluso los mejores doctores estaban disponibles solo para ella. Aunque la reina intentó que Mérida perdiera él bebe este se aferraba a la vida de una forma tan impetuosa que la dejaba paralizada. En otras ocasiones la reina conseguía su propósito, para ella cualquier persona significa nada si ella así lo deseaba, así que, por ello, aunque quería que ese bebé no viniese al mundo así mismo algo dentro de ella le impedía actuar con severidad como en otros casos hacía. Justo ese día Mérida iba a ser trasladada al palacio, John pidió que la información sobre su repentino malestar se mantuviese en secreto y por ello ni los padres y ni siquiera Lisa que era la mejor amiga de Mérida sabían de su situación. Por más que Mérida intentase estar tranquila se le dificultaba pues su preocupación iba más allá de ese repentino malestar luego de la cena. Luego de que los estudios fueron realizado
La noche cayó casi sin notarlo, Mérida estuvo toda en apuros que había impuesto la reina, pues esa misma noche tendrían una cena para agradecer su compañía y por ello había enviado algunos vestidos que estuviesen acorde para la ocasión sin embargo todo fue más complicado que escoger un gran vestido para esa noche, su embarazo era notorio al menos ya se le hacíavisibleese pequeño bulto en su vientre, al estar vestida frente a otros quizá no fuese tan obvio pero cuando se desnudaba y se miraba frente al espejo sabía que ahí estaba, ese pequeño que cada día crecía un pocomásestaba ahí.Se miraba frente al
A pesar de las circunstanciasJohny Mérida estaban pasando un momento agradable, aunque ambosdesconocíanque estaban siendo grabados en un momento tan íntimo.La reina no tenía la intención de dejarlos a solas y aunque lo hizo poralgúnmomento de igual forma se aseguraba de escuchar cada palabra entre ellos, pensaba queMéridaen cualquier momento hablaría sobre su embarazo y entonces John se descontrolaría.Esedíaambos estuvieron como
Cuando Mérida estuvo frente a Marie pensó en mil panoramas posible, el rostro de la chica en frente de ella estaba rojo,parecíamolesta y fuera de lugar por tener aMéridaen frente.Quiso saludar sin embargo Marie paso a un lado ignorando su presencia, Méridapensóen que era mal educada, pero entendía que pudiese ser incomodo encontrarse en unasituacióncomo esa.John desconocía el choque de miradas en la puerta de su habitación o la situaci&oacu
Mérida despertó con el sonido de la alarma que había puesto la noche anterior sin embargo ya lisa se encontraba desdehacíaun rato despierta, por alguna extraña razón casi nohabíapodido dormir bien durante la noche.Ambas quedaron en que lisa se quedaría en el apartamento deMériday que durante la ausencia de su mejor amiga ella sequedaríaen el lugar para estar al pendiente.El vuelo estaba programado a primera hora de esa mañana por ell
Paso una semana y Mérida mantuvo comunicación en todo momento conJohn,pero no había podido convencerla de aceptar ainvitacióna palacio.Había sido una semana excesivamente larga entre obligaciones y deberes y tan solo esperaba poder vera a ella sin embargo ella había decidido que no era una buena ideaviajar y que nohabíapoder humano que la hiciera cambiar deopinión.Se dijo que no estaría dispuesta a recibir malos tratos de nadie y mucho menos humil
Último capítulo