—No sé porque…
—Eres una mujer sin clase, mira cómo llevas ese cabello y esa ropa de bajo costo. ¿Qué diablos va a ver Grenor en ti?
—Yo…— Nala intentaba comprender a qué venía todo aquello, pero no pudo.
—Tu…así con tu cara de mosquita muerta. Mi padre ya organizó todo para nosotros.
—Le juro que no sé de qué habla. — Balbuceo Nala llena de confusión.
¿Esa mujer tan despampanante estaba celosa de ella?
¿Acaso pensaba que Grenor y ella estaban juntos?
—No te hagas la desentendida. Se cómo te ha mirado él. ¡No estoy loca! — Su comportamiento distaba mucho de sus palabras, pensó Nala, al ver como la mujer elevaba la voz.
—Mire, señorita, estoy mareada, acaban de traerme al hospital….
—Es mi pro