El punto de vista de Gabriela

Nunca me esperé nada de esto. Que mi madre se volviera a casar. Que Alejandro fuera mi nuevo padre. Que me estuvieran preparando para ser la heredera del Imperio Rodríguez. Es mucha presión.

Pensé que mudarme con mi madre me ayudaría a olvidar la traición de mi novio y mi imprudente decisión. Pero no fue así. Estaba atrapada en este lugar, tratando de evitar a Alejandro y ser la hija que mi madre quería que fuera. Tengo que fingir que no pasó nada anoche, pero estar con él bajo el mismo techo es insoportable.

«Estoy tan feliz de tenerte de vuelta, cariño», cantaba mi madre alegremente. Había bebido demasiado champán y ahora la estoy llevando arriba a su dormitorio.

«Yo también, mamá. Yo también...», murmuré mientras sostenía el brazo de mi madre sobre mi cuello, apoyándola con cuidado para que no se cayera.

«¿Sabes qué? Tu padre estaría muy orgulloso de ti, Melissa. Siempre quiso tener un hijo, pero cuando tú llegaste a este mundo, ¡organizó una fiesta!