El punto de vista de Gabriela

«Tu trabajo será sencillo, Gabriela. Te encargarás de mis reuniones, citas y me informarás sobre mi agenda diaria. Gestionarás los informes, presentaciones y otros documentos necesarios. Eso es todo por ahora, y creo que no te resultará difícil porque tienes muchos conocimientos».

Asentí con la cabeza mientras lo anotaba todo en la tableta que me había dado. «Sí, señor».

«Como hoy es tu primer día, Gabriela, no voy a darte órdenes. Quiero que me impresiones», añadió Alejandro.

«No será ningún problema para mí».

«Genial. ¿Quieres un café?», preguntó.

Me detuve un momento y pensé en lo que había dicho y luego respondí: «No».

Él se rió entre dientes: «No te dediques tanto al trabajo, Gabby. Solo es tu formación para que tu madre no tenga ningún problema cuando te hagas cargo del negocio familiar».

Hablaba como si fuéramos amigos íntimos y yo ya lo hubiera olvidado todo. Apagué la tableta y me volví hacia él: «Acepto este acuerdo porque es el deseo de mi madr