Narrado por Amy Belmonte
Si esto era un sueño, no me preocuparé por cuando tenga que despertar. Luke me traía loca, loquita de amor, como en una nube de la que creía era imposible caerse. Por eso ando, como una tonta leyendo mi celular con una mano y con la otra cargando mi maletín.
Estoy llegando a la casa de mis tíos del trabajo. Intento abrir la puerta metiendo la llave, pero la llave no entra. La muevo en el aire sin destino. Lo vuelvo a intentar sin poder, eso sí, sin despegar mi mirada del celular y otro mensaje de Luke.
Una tos falsa me baja de la nube en la que estoy montada.
—¿Podrías fijarte de lo que haces al estar al celular, cariño?
Alzo la mirada asustada porque mi tía Marianne está parada en la puerta abierta y con una caja grande de cartón a un lado de la cadera. Apenas la podía cargar de lo pesado que se veía.
—Tía… — me hago la desentendida y meto mi celular en mi pantalón, también dejo mi maletín en el piso dentro de la casa — Déjame te ayudo.
—Gracias — sonríe pasá