Connie terminó de practicar al futbol y jugar, ya se sentía cansada. Le dijo a sus padres que ya se quería ir y Gerald asintió con la cabeza para afirmarle que ya era momento de regresar a casa.
— Es suficiente mi vida, ya te ves bastante cansada y jugaste mucho, ya regresemos a casa para que comas algo sabroso — Informó Gerald a su hija Connie.
— Ven mamita, déjame limpiarte las piernas con esta toallita húmeda, las tienes sucias de tierra — Mencionó Samantha cargando a Connie.
La familia regresó a casa, en todo el camino fue un total silencio entre Gerald y Samantha, casi no se dirigieron la palabra, únicamente conversaban cuando Connie hacía ciertas preguntas, la pareja se limitaba a contestarlas.
Al llegar a la casa, Samantha ordena que bañen a Connie mientras ella se ocupaba de la comida.
Samantha sentía cierta tristeza, no quería estar más tiempo sin tratar a Gerald como un desconocido o jefe, el CEO tampoco quería continuar con la ley del hielo, pero ambos eran demasiado orgull