Ambos despertaron en la cama, Connie durmió en su habitación para darle más espacio a su mamá, y poder estar más cómoda. Gerald bajó primero para atender a Samantha, había preparado unos deliciosos sándwiches para desayunar, quería sorprenderla también siendo atento en los oficios de la casa que sabía eran bastante duros, y más para ella que seguía recuperándose.
—Cariño, el desayuno está servido. — dijo dándole en la frente un beso de buenos días.
Samantha se sintió atendida y consentida, le gustaba la atención que le propinaba su prometido, sonrió y al ver semejante comida se le hizo agua la boca enseguida.
—Estos sándwiches huelen muy bien, tengo que probarlos. — dijo tomando uno para darle un mordisco.
—Te aseguro que están deliciosos. — afirmó Gerald.
Efectivamente, el sabor era exquisito. En definitiva, el CEO se había esforzado bastante en aprender para que ella estuviera feliz y se diera cuenta que él también podía hacer bien muchas cosas.
Disfrutaron los emparedados, sonreían