El muchacho guardó silencio por largos segundos que pusieron más nerviosa a la castaña, hasta que suspiró.
—Tengo que ser completamente sincero —musitó sin mirarla—. Debes saber que tenía una esposa. —La muchacha asintió con la cabeza—. Mi esposa murió hace unos años. Nosotros siempre quisimos tener hijos, pero no llegamos a eso. Si se hubiera dado, nuestra hija tendría más o menos la misma edad de Alisson y… no puedo explicarlo, pero desde que la vi salir del elevador aquel día, creo que me encariñé con ella, quizá porque veo el reflejo de lo que pudo ser en esa pequeña.
Su voz era queda, suave y sincera, y el mismo Andrew se sorprendió tras revelarle todo eso a aquella chica como si nada, impresionado por lo fácil que era hablarle. Sol