—¿Me mentiste? —pregunté furiosa, mirando a Jason a los ojos.

Evitando mirarme, Jason se mantiene en silencio, confirmando silenciosamente mi idea de que me había engañado.

La cena finalmente terminó, ahora todos estaban disfrutando de un coctel mientras chalaban o disfrutaban de la música de ambiente, esperando el acto final: Conocer a los niños.

Técnicamente mis hijos tendrían que haber estado presentes en esta cena, sin embargo Jason y yo preferimos no hacer eso, no sabíamos cómo iban a estar las cosas aquí, así que decidimos tomar un poco de tiempo y tantear las cosas antes de traerlos. Como todo en la cena había salido bien, dentro de lo que cabe, Jason y yo pedimos a una de las niñeras que nos trajeran a los tres pequeños, y después de presentarlos a los líderes todo finalmente terminaría.

—Me dijiste que no ibas a iniciar una guerra, que todo era una tonta profecía que no creías —le recuerdo molesta.

—Y es verdad…

—¿Entonces por qué todos ellos piensan que si vas a iniciar una