Definitivamente acababa de vivir uno de los momentos más difíciles de mi vida, a pesar de todas las atrocidades que mi padre había cometido contra nosotros, un sentimiento de profunda tristeza me embargaba, después de todo se trataba de mi padre, y aun cuando nunca fue una buena persona fue la única figura paterna que conocí. Ahora él tendría qué hurgar una larga condena ateniéndose a las consecuencias de todos los errores qué premeditadamente había cometido, no fue fácil recomponerme, debía tomar el valor para contarle a mi abuela todo lo que había sucedido, después de todo se trataba de su hijo y esa noticia no sería fácil de digerir para ella. Fui a su habitación, todavía me causaba un poco de dificultad caminar debido a la cesárea, La abracé con infinita ternura, y le dije que tenía algo que contarle. – ¿Qué sucede hija? Te veo preocupada comentó la abuela –. – Abuelita iré directo al asunto, sé que se trata de tu hijo, pero tú sabes que mi papá es una muy mala persona, hoy fue ca