Leonard volvió a recostarse sobre una de las butacas a esperar. La joven aspirante a Prima Donna llevaba unos cuantos días sin aparecer en el Ambassador.
- Relájate, Leonard, si regresó con el esposo debe estar “reconciliándose” con él – Le dijo en tono burlón.
- Envidio la suerte de Crusher, Marcus… En verdad lo hago –
- No lo dudo de ti –
- Pero sigo sin entender que puede haberle visto a Daniel, es un pedazo de hielo –
- Quizá solo lo sea en el exterior y se esté guardando varias sorpresas para su “pequeña esposa” … No te desesperes, vendrá en algún momento, sabe que tiene las puertas abiertas siempre –
- Mi paciencia se está agotando, Marcus. Se me hace cada vez más difícil resistir los impulsos. Terminó saliendo del teatro a buscar alguna mujer para descargar mis ansias –
- No te precipites, no sé qué te hizo para que estés en este estado, pero te repito Leonard: no la espantes. La quiero en mi escenario interpretando a Mimi de La Bohème la noche de apertura de la temporada -
- ¡