Capítulo 03: Cambio de reglas

Me quedo de pie, justo delante de la puerta por un largo segundo. Es extraño, es tremendamente extraño cómo me siento. Observo cada rincón de la oficina a la que mi vista tiene acceso y todo sigue completamente igual a como estaba antes de hablar con Archie pero a su vez todo me parece diferente. Y es que desde luego nada será igual para mí. Ni el mes de compromiso, no los seis meses siguientes, ni lo que está por venir. Divorciada antes de los treinta, y finalmente libre también.

Sonrío ampliamente cuando pienso en esos cincuenta millones de dólares que caerán en mi cuenta y que me darán la libertad que tanto he anhelando este último año. La vida es una caja de sorpresas, mayormente pésimas sorpresas pero si son como estas, a veces vale la pena vivirla.

Me alejo de la puerta con una sonrisa de oreja a oreja mientras camino a mi escritorio, casi puedo escuchar algún ritmo sonoro proveniente del ruido de mis tacones sobre el piso. No recuerdo cuando fue la última vez que me sentí tan emocionada por algo.

Tan pronto llego a mi puesto de trabajo, me deslizo en mi silla, detrás del escritorio. Aún sonriendo miro a Chloe quien en cambio me mira como si mi cara estuviese pintada de azul.

—¿Qué?— Cuestiono ante su expresión confundida.

—Nada— Sacude su cabeza —Pensaba preguntarte cómo te había ido pero por tu cara supongo que te fue muy bien.

—Maravillosamente bien — Llevo ambas manos tras mi nuca y me inclino hacia atrás completamente relajada. Nunca me había dado cuenta de ello pero mi silla de trabajo es, de hecho, bastante cómoda. Sin embargo, no debería acostumbrarme demasiado, no cuando en poco tiempo pasaré a ser la esposa del presidente y posteriormente la dueña de mi propio negocio.

—Vaya— Escucho a Chloe pronunciar por lo bajo, casi para ella. Si rostro no deja de lucir esa expresión sorprendida que empieza a irritarme.

—¿Qué?— Soy yo quien la cuestiona ahora.

Pero antes de que pueda hablar, veo que un larguiducho de cara pecosa y grandes ojos verdes se acerca a mi escritorio y hace sonar sus dedos sobre este. Kevin sonríe y me mira expectante, pero no dice nada, en cambio, observa a Chloe quien niega con la cabeza. Un gesto que enseguida me hace sentir suspicaz.

—¿Y qué tal te fue con el jefe júnior?— Me pregunta Kevin apoyando su codo en el escritorio.

Entre todos los tipos de compañeros de trabajo que existen, Kevin representa lo peor. Trabaja en el departamento de administración y, aunque me cueste reconocerlo, su trabajo es de vital importancia para mantener los número en orden, y por lo tanto, toda la contabilidad de la cadena hotelera. Mi jefe, el Señor Simon, sabe que sin Kevin sería más difícil para él entender la parte administrativa que, a veces creo, es la única que le interesa. Kevin es el único que, además de mi, tiene acceso directo al jefe. Y eso lo hace sentirse superior, incluso cree tener el derecho de dar órdenes fuera de su departamento, y esa petulancia la esconde detrás de una personalidad amable, completamente exagerada que raya en lo irritante.

—¿Cómo sabes que me iba a reunir con el Señor Archie, Kevin?— Entre cierro mis ojos para concederle una mirada fulminante y entonces me dirijo a mi colega —Chloe ¿cómo sabe Kevin que iba a reunirme con tu jefe?— Chloe se encoge de hombros pero no le creo. No les creo absolutamente nada.

—Aquí todo se sabe, Vivian— Dice Kevin sonriente, con una expresión inocente que no compro en lo absoluto.

Por supuesto que todo se sabe— Cuerda de chismosos —Pero

 si tanto les interesa saber cómo me fue, quiero que sepan que me fue de las mil maravillas. Ahora,— Hago una pausa para reclinarme —Si me disculpan, tengo que recoger mis cosas porque me voy.

Pretendo no prestar atención pero aun inclinando un poco mi cabeza hacia abajo, dirigida al escritorio, puedo observar como Chloe y Kevin cruzan miradas.

—Aún no es la hora de salida— Chloe lo dice casi en un susurro pero lo suficientemente alto como para escucharla.

—Eso lo sé — Veo la hora en mi reloj de pulso y sonrío —De hecho me voy tres horas antes de que culmine mi horario de trabajo. Ah, y con permiso del Señor Archie— Añado con ironía esa última frase.

No me sorprende cuando Kevin dice:

—Pero Archie no es tu jefe, tu jefe es Simon— En ningún momento deja de sonreír, solo hace que quiera darle una bofetada para ver si quita esa expresión.

—No, llega dentro de dos días. Eso también lo sé. Pero si tanto te perturba que me esté yendo antes, puedes llamar a Simon e interrumpir sus vacaciones solo para darle un chisme. Estoy complemente segura que estará feliz con eso— cuánto me gusta no ser sarcástica. —De hecho,— comienzo a decir mientras me inclino para tomar de la última gaveta de mi escritorio mi cartera y empezar a guardar en ella mi teléfono y botella de agua —Sé que tan pronto ponga un pie en el elevador, cualquiera de los dos irá directamente a la oficina de Archie para llevar el chisme. Pero prefiero que seas tú, Chloe. Creo que Archie necesitará cierta información que solo tú le puedes dar — Le guiño un ojo y Chloe no deja de mirarme como si yo fuese una especie de extraterrestre.

Me pongo de pie, sonrío y miro a Kevin, luego a Chloe. Por un instante pienso en despedirme, pero no, prefiero marcharme sin decir nada más, prefiero salir con frente en alto, dejando que la curiosidad por mi repentina actitud los carcoma.

Cumpliendo mi palabra, camino hasta el elevador, esta vez no solo siento la mirada de Chloe y Kevin sobre mí, sino literalmente la de todos a mi alrededor.  Solo puedo pensar en una cosa: van a morir cuando se enteren que en cuestión de semanas seré la esposa del jefe.

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