— ¡Maldición! ¿Qué demonios está sucediendo?— gritaba yo desesperado tirando parte de mi uniforme al suelo.
Parece que cuando tienes un buen momento, despreocupado y enfocándote en lo que quieres y en cosas... más placenteras; la vida te pasa factura, como recordándote que no puedes tenerlo todo, si das un poco, así sea solo un poco rienda suelta a tu felicidad tienes que pagar las consecuencias.
Quizás era un pensamiento estúpido, pero era la única idea que pasaba por mi cabeza en estos momentos. Había tenido que ir a Las Vegas y no me arrepentía, pero honestamente lo que estaba sucediendo, ahora era francamente ridículo. O yo era completamente impaciente.
Tenía varios pacientes en un tratamiento de prueba y no estaba funcionando en lo absoluto. No solo no tenía sentido lo que sucedía, y temía por la vida de mis pacientes, sino que me sentía totalmente irritado y desmoralizado.
Antes de irme había dejado todo perfectamente planificado y organizado, mis estudiantes parecían haber h