Juan Andrés logró sostener el cuerpo de Paula antes de que se impactara al piso, por primera vez notó que ella no se veía bien, tenía el semblante lleno de palidez.
—¡Mami! —exclamó Christopher, parpadeaba en repetidas ocasiones liberando las lágrimas.
Juan Andrés depositó a la chica en la cama, miró a Cris llorando, y no supo qué hacer, no sabía si en la casa había un botiquín, requería alcohol o algo con que reanimar a Paula.
—No llores pequeño, tu mamá se va a poner bien, quédate con ella —solicitó y enseguida fue hasta la cocina, pero esa casa era un completo caos. —¡M@ldición! —gruñó apretando los puños, tomó un vaso con agua. Regresó a la alcoba resoplando, palmoteó con delicadeza las mejillas de Paula, esperando que así reaccionara.
La chica empezó a abrir los párpados, pero veía todo borroso, la cabeza le daba vueltas.
—¿Cómo te sientes? —indagó Andrés.
—Muy mareada —contestó ella, cerró sus párpados.
Juan Andrés frunció el ceño, no era la primera vez que Paula se desmayaba, s