—Robson, sígueme para que formalicemos esto —le dijo su padre a su esposo y Elizabeth creyó que perdería el sentido allí mismo.
Traicionada y por su propio padre.
Por unos momentos no pudo moverse del lugar.
La silla parecía haberse adherido a su cuerpo y las piernas no querían responderle.
Estaba en shock, aquello debía ser una pesadilla y continuaba en su cama, dormida.
Se pellizcó y recibió el dolor, miró a su alrededor y los accionistas la observaban como si estuvieran esperando algo de ella.
Se levantó y susurró un: «el circo ya terminó, pueden irse», para después salir corriendo detrás de su padre y de Roger, pero no había ni rastro de ellos.
Cuando llegara a casa… ¡No tenía la menor idea de qué iba a hacer cuando llegara, pero aquello no podía quedar así!
***
Roger siguió a su suegro que era bastante rápido para su edad.
—Patterson, ¿a dónde se supone que vamos? —le preguntó a su suegro al ver que no le decía ni una sola palabra.
El hombre parecía estar huyendo de un huracán po