Tragó con preocupación y salió del lugar con él entre sus brazos.
—¡Dile que no se olvide de mi mensualidad o me las pagará! Malditos fenómenos...
¡PAS!
La puerta cerró con un estruendoso golpe y Héctor completamente avergonzado y desecho, lo subió con mucho cuidado al auto y se mordió el labio con un dolor terrible y pesar en el pecho, su bonito rostro estaba tan hinchado y morado que era casi irreconocible, su cuello tenía marcas de arañazos y estaba enrojecido y morado por casi todo lugar que se podía ver.
Sus lágrimas cayeron con impotencia y besó ligeramente sus nudillos, que era donde aparentemente no podría sentir dolor.
—Voy a cuidarte, lo prometo.
Mientras pensaba a donde llevarlo, su teléfono comenzó a sonar en su bolsillo.
—¿Héctor? ¿Como está él? Debe tener mucho cuidado por el feto, es una etapa crítica...
—Cierra la boca, voy a estar en el Hotel Royal, lleva tu equipo, está herido...
No prestó atención a escandalo exagerado de Armando del otro lado, solo observó el estóm