Sebastián
Por la diosa... este hombre no entiende. El chico del bar me mira aterrado y tiembla en mis manos. Me doy cuenta de que debo lucir terrible.
—Tú...esos hombres…—
—Ya te lo dije, aléjate de mi camino y no te metas en lo que no te interesa— digo pasando de largo
—Pero lo que está pasa