Tatiana
Me perdí en el momento, acariciando su cuello, su cabello, bajando por su pecho, besando y mordiendo, y lo escuché gruñir. A pesar de los peligros y las amenazas, en este momento somos solo él y yo, en nuestra pequeña casa en el árbol.
—Eres todo para mí, Tatiana, la única mujer que me hace