Tatiana
Había dormido mejor que nunca, eso era seguro. Cuando abría los ojos lo primero que veía era mi habitación. Y ahí… estaba él.
Sebastián.
Yo… había intentado con todas mis fuerzas alejarme de él. Él era mi mate, pero también mi verdugo, quien me hizo tanto año y destrozó mi vía.
Y, sin