—Iba a la cocina y…—Sus ojos iban por mi cuerpo, supe que detallaba mis marcas, donde él me había besado, tocado, mordido y eso encendió mi piel. Mi respiración agitada me traicionó.
—Por favor no te vayas— pidió y señaló la cama. Algo en su voz me hizo volver. Vi la cama revuelta. Las cosas que h