Capítulo 63

Ambos padres están totalmente exhaustos, las trillizas comen mucho, los trillizos aún más. Entre darles de comer a dos pechos a un par por hora a Kathy no le da tiempo de dormir y a Easen tampoco ya que debe darle las mamilas y sacarles los gases como también cambiarles el pañal. Hacer eso para ambos fue una odisea, la pelirroja ya tenía práctica, su esposo era un tema completamente diferente. Si unos bebés dormían satisfechos con el estómago lleno otros se despiertan con hambre y para cuando éstos se acostaban llenos los siguientes despertaban y así sucesivamente, el ciclo sin fin, sin descanso para los adultos.

La única hora que parecían dormir los sextillizos era en la mañana, justo al salir el sol, al menos por una hora y treinta minutos quedaban quietos y tranquilos con una paz que Easen no creía volver a extrañar tanto en su vida.

Los seis, en una fila en medio de la habitación, para Kathy era muy difícil de creer aún, que Easen se le haya confesado de esa manera y que quiera cr
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