Un pequeño guisante

Capítulo 114 Un pequeño guisante

El suave clic de la puerta al cerrarse dejó a Eleonor y a Luca en un silencio cargado de emoción. Aun con la mano de Luca apretando la suya, Eleonor no podía dejar de sollozar. No eran lágrimas de tristeza, sino de un asombro tan inmenso que la desbordaba por completo.

Levantó la vista hacia Luca, cuyos ojos, normalmente firmes y serenos, ahora brillaban con una humedad que le partió el corazón.

—Luca… —su voz se quebró. No necesitaba decir más. Él lo entendió todo.

Se inclinó para abrazarla con ternura, rodeándola con sus brazos de forma protectora. El calor de su cuerpo era un ancla que la trajo de vuelta a la realidad. Los sollozos de ella se calmaron poco a poco, hasta convertirse en un suave temblor.

—Estamos juntos en esto, los dos y el pequeño guisante. —le susurró él al oído, su voz ronca de emoción. Luego toco su frente con un ligero beso.

El eco del latido del pequeño guisante aún resonaba en sus mentes, la prueba irrefutable de un lazo que l
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