Capítulo 50 Hablemos
Carla, con una frialdad calculada que sorprendió a Luca, cambió su postura, cruzándose de brazos. Su voz sonó más aguda, con un matiz de desafío.
— ¿De verdad? ¿Estarías dispuesto a perder la custodia de la niña? ¿Tan seguro estás que te la darán? ¿Te arriesgarías a eso?
Luca la miró fijamente, sin parpadear. La tensión en la habitación se volvió casi insoportable.
—Peor es tener a la niña en un ambiente tóxico como este —respondió Luca, su voz baja y firme, llena de una resolución inquebrantable—. Nuestra relación va de mal en peor. Esto no es vida para ella, Carla. Ella merece paz, no esta guerra constante entre nosotros.
Se acercó a ella, sus ojos clavados en los suyos, sin ceder un ápice.
—Y tú, Carla, ¿estarías dispuesta a arriesgarlo todo? Podrías quedarte sin nada. De alguna manera, obtendré la custodia, y si es por las malas, te quedarás sin nada. Dime, ¿estarías dispuesta a quedarte sin nada? ¿A salir de este matrimonio con las manos vacías? Todo por lo q