57º Disculpa...
-¿Te parece?
-Imaginación mía no es, realmente ese vestido te queda de ensueño.
-Tu mamá y tu hermana me insistieron en que “había sido hecho para mí” y que por eso tenía que sí o sí llevármelo.
-Pues estoy de acuerdo con ellas, a decir verdad. Si fueras toda blanca, quizás podría hasta confundirte con una estatua griega.
-No exageres, harás que me ponga roja.
-Decir la verdad no es exagerar. Acércate, quiero verte entera.
Con cierto deje de vergüenza, Daniela se acerca y acepta la mano que le ofrezco para atraerla más hacia mí. Aunque tenga puesto labial, no puedo resistirme a besarla y disfruto de su sabor natural mezclado con la dulzura a cereza que la acompaña. En cuanto la suelto, me relamo los labios y ella se ríe.
-¿Está rico?
-No está mal, a decir verdad, pero te prefiero a ti.
-Tienes suerte de que tu hermana fue previsora y supuso que harías eso, por lo que escogió un labial que, aunque me beses, no me lo podrás quitar.
-Bendita sea mi hermana y sus grande