En la oscuridad de la noche, dos mujeres se encontraban sentadas en el profundo silencio de sus pensamientos; sobre el frio y rígido suelo de una pequeña oficina, en una de las mejores zonas de la ciudad.
POV ISABELLA
— Lo siento mucho, no sabia que el estaba muerto...
A veces en la vida dirás cosas que no quieres decir; motivada por el enojo, la decepción y posiblemente el cansancio, la importancia radica en ser lo suficientemente valiente para disculparte, con la misma intensidad que dijiste aquellas palabras que ahora lamentas.
— No lo sabias, no es tu culpa — Dijo mientras limpiaba con un pañuelo, las lagrimas que hace unos minutos corrían sin parar a lo largo de su rostro.
— Si es mi culpa, no tuve que decir eso — Reconoci completamente apenada de mis palabras.
Esperanza