—Está bien. Tu padre planea que te mudes en los próximos dos días, y yo iré a buscarte —dijo Sabrina con voz serena.
—Pase lo que pase, nuestra reunión es lo más importante —respondió Rubí—. Mamá, si puedes, convéncelo para que él mismo venga a recogerme.
—¿Él? Es tu padre, pero aun así no quiere anunciar tu nombre públicamente. Eso me molesta, pero…
—No, mamá, es importante que él venga. Será una señal de que realmente me valora. Mañana me prepararé, y pasado mañana él puede venir por mí.
Sabrina reflexionó un instante y finalmente asintió.
—De acuerdo, así será.
Rubí suspiró con alivio y colgó el teléfono. Al levantar la vista, encontró la mirada curiosa de Marcus, quien parecía debatirse entre la sorpresa y la preocupación. Rubí sonrió, le acarició el cabello y preguntó:
—¿Por qué me miras así?
—¿Vas a volver con la familia York? —preguntó Marcus con el ceño fruncido.
Rubí asintió.
—Sí. Mi padre ya vio los resultados de la prueba de ADN y quiere que regrese a casa.
Marcus frunció m