Una expresión fría y calculadora brilló en sus ojos. La verdadera lucha apenas comenzaba. No esperaba una sorpresa tan grande por parte de su rival, pero los hombres de la familia Maxwell, al parecer, tenían buen ojo. Aparentemente preferían a mujeres “normales”, aunque en realidad ambas eran princesas perdidas hace tiempo: primero Serena, y ahora Rubí. Si había podido destruir a una, también podría aniquilar a la otra.
Rubí y Marcus acababan de bajar del avión. Marcus le pidió a Gavin que llevara a Rubí primero a la villa de Riverside Avenue, pero ella respondió con firmeza:
—No. Quiero regresar a Barrington Manor con ustedes.
Gavin miró a Marcus preocupado, pero Rubí insistió:
—Ya no quiero vivir allí. Quiero estar con ustedes. Quiero cuidar de ti y ver cómo sanan tus heridas para quedarme tranquila.
—Pero… todavía estamos en medio de una disputa —replicó Marcus.
Justo cuando dijo eso, Rubí se puso de puntillas y lo besó en los labios. Luego, sonriendo, añadió:
—Entonces ya no estam