Dylan asintió y respondió:
—Sí, la abuela me mostró fotos de Ethan y Serena. Me dijo que ellos son mis verdaderos padres, pero que se fueron a un lugar muy, muy lejano.
Rubí suspiró, comprendiendo que Melisa nunca le daría tregua. Sabía que esa mujer siempre actuaba con segundas intenciones, pero después de pensarlo con calma, reconoció que Dylan tenía derecho a conocer la verdad.
Marcus y ella lo habían tratado con tanto amor que estaba segura de que el niño no se arrepentiría, aunque tendrían que hablar con Marcus sobre lo ocurrido. Si Dylan volvía a la antigua residencia de la familia Maxwell, deberían ser más cuidadosos.
Sin embargo, ese no era el verdadero problema.
¿Por qué los compañeros de Dylan habían visto a Ethan?
¿No había muerto en un accidente automovilístico?
¿Podría ser que… Ethan aún estuviera vivo?
Y más inquietante aún: ¿cómo conocía Ethan al compañero de clase de Dylan? Los niños del jardín no tendrían más de cinco años, ¿cómo podía un adulto acercarse a ellos sin