El tiempo pasó rápido, aunque para Rubí fue un poco tormentoso. Seguía esperando que Noah le informara los resultados de la prueba.
El día que le dieron el alta en el hospital, Sabrina y Sherry también fueron a visitarla y le llevaron muchos pasteles. Rubí, de repente, sintió que si Sabrina fuera realmente su madre —además de Eva y Tara— tendría tres madres, y sería extremadamente afortunada. Por un instante, el sufrimiento que había soportado todos esos años pareció tener sentido.
Los resultados saldrían al día siguiente, y cuanto más se acercaba el momento, más ansiosa se sentía.
Tan pronto como Sabrina y Sherry se marcharon, Eva terminó los trámites de alta. Sonrió y se despidió de Sabrina antes de regresar a la habitación para empacar algunas cosas de Rubí mientras esperaban que Marcus llegara a recogerla.
Mientras guardaba las pertenencias, Eva miró a Rubí con curiosidad y comentó:
—Rubí, la señora York... parece que le agradas mucho.
Rubí sonrió.
—¿De verdad?
Eva asintió.
—Sí. P