*—Alice:
¿Cuántas veces se había venido Darren?
Quizás dos… Alice levantó las caderas y las bajo, siguiendo el ritmo, el cual no había dejado de seguir desde que Darren le enseñó como cabalgarlo. Alice miró hacia su agitado rostro. Darren tenía los ojos cerrados y los labios entreabiertos mientras dejaba salir murmullos y pequeños gemidos.
Había hecho venir a Darren hace un rato una vez más y se sorprendió de que este aun siguiese erguido. Alice levantó las caderas una vez más, pero las levantó demasiado ya que el miembro viril de Darren salió de su cavidad y terminó arqueado sobre su vientre. Alice lo observó. Él seguía estando erecto.
Alice tomó su miembro viril en su mano y se colocó sobre él. La punta rozó sus sensibles pliegues y contuvo un g