- Entonces ese sujeto es muy peligroso – opinó Emma preocupada notando la cara seria de ellos.
- Bastante – dijo Zack – por eso te buscábamos para evitar que tratara de hacerte daño.
- Eso es en parte – agregó Cedrid – la otra es que no puedo dejar que andes libre con mi cachorro creciendo en tu interior.
- No pues gracias – habló un poco molesta Emma.
- De nada – le contestó en tono sarcástico el pelinegro.
Emma frunció el ceño y estaba por contestarle al lobo pero…
- Am… señorita – le llamó Zack para que le prestara atención a él y no a su jefe – el punto de esta reunión es que debe saber que por obviedad y para evitar las malas habladurías usted debe casarse con mi jefe.
- ¿Qué? ¿por qué? – preguntó confundida ella.
- Vamos humana no tienes que fingir, es obvio que estas feliz con saber que me casare contigo y…
- Uh… si mira como salto de gusto de la emoción – declaró Emma empleando un tono sarcástico en su voz – ¿qué te hace pensar que deseo casarme con un alfa tan arroga