Mientras ellos estaban hablando en el auto y dirigiéndose a un punto seguro, otro pelinegro estaba ansioso porque de un momento a otro tendría a esa mujer en su poder y con ello comenzaría su gran plan para educar a ese niño y hacerlo su soldado más fiel para así poder robarle el trono a su primo.
- Buenos días señor – le saludó uno de los guardias que le habían acompañado y en esos momentos ingresaba a la habitación empujando un carrito con el desayuno.
- Si buen día – le contestó de forma aburrida - oye ¿ya llego la humana?
- No se jefe, los del hotel no me dijeron nada – informó el segundo guardia mientras acomodaba los platos en la mesa de la habitación - pero ya lo averiguamos por usted – declaró mirando que su compañero tomaba el teléfono para marcar.
- Apúrate, porque ya deseo conocerla – le ordenó mientras se levantaba de la cama para tomar el desayuno.
- Si – dijeron al mismo tiempo.
Mientras el primer guardia le servía una taza de café, el otro le llamaba al gerente pa