Una vez adentro, el doctor Patts le dice que tome asiento y le pregunta por su semana.
—¿Puso seguir mi consejo?
—No… se me hace muy difícil hablar con ella, es demasiado perfecta para mí.
—Max, debe entender que nadie es perfecto. Nuestra mente tiende a perfeccionar, a idealizar a las personas que no tienen nuestros mismos defectos, pero créame, los tiene.
—No quisiera hablar de eso ahora —el doctor asiente y pasa a algo más crítico en la conducta de Max—.
—Quiero saber, porque de acuerdo a lo que hablamos la semana pasada, usted es muy dado a las mujeres y a tener intimidad con ellas, ¿ha concretado algo esta semana?
—No.
—¿Cómo se siente con eso?
—Bien… supongo.
—¿Ha tenido la necesidad urgente de tener intimidad con alguien?
—No… bueno, un poco, pero